viernes, 26 de octubre de 2012

Aprendí


Siempre hay etapas que son marcadas por un suceso importante, son momentos en los que creemos morir de dolor o de felicidad, dependiendo de si es una experiencia negativa o positiva. Personalmente, en mi vida son más los sucesos tristes los que me marcan un nuevo comenzar. Tantas veces creí morir de angustia, llegué al fondo, al subsuelo de mis tristezas y creí que no había retorno desde el negro hacia el color.
Aprendí que todo pasa, lo bueno, lo malo y lo regular. Que todo vuelve, no importa cuando, pero es una fija -todo pasa-todo vuelve-
Aprendí a no ser tan inocente, en el sentido de que mi inocencia consiste en pensar que nadie puede hacerle al otro cosas negativas, porque yo nunca lo haría. Error, puede pasar. Pero no abandono mi inocencia, sino que de una descarada inocencia, paso a tener una inocencia con margen de error.
Aprendí que personas que te dicen que siempre van a estar en tu vida, se esfuman, desaparecen y no por desaparición física (o sea porque hayan muerto) sino porque deciden hacerlo. Consejo desde el corazón: Nunca le digan a alguien voy a estar para siempre con vos en tu vida si no es verdad. Y no hablo de que vayan a estar siempre juntos en algún sentido como por ejemplo de pareja. Sino que ese lazo puede cortarse, pero si la promesa del voy a estar siempre, permanecer. Es mejor no decir una mentira, siempre con la verdad. Puede que esa verdad duela, pero créanme, va a doler menos que si mienten. Ya que en el momento en que esa persona lo necesite y se sienta decepcionada porque no encuentra a quién le dijo “voy a estar”, ese sí es un dolor más fuerte, más profundo.
Aprendí que las promesas se rompen, que la mayoría de los te amo se dicen por decir. Siempre es mejor decir la verdad. Así siempre me manejé, y sepan que por ir con la verdad a veces perdí, pero nunca mentí o engañé, no herí. Por eso a pesar de muchas veces estar demasiado triste, tengo el corazón puro, roto, remendado, vuelto a romper, pero auténtico.
Aprendí que personas por las que no hubiera dado dos pesos, en sentido de que parecían superficiales, estuvieron en mis peores momentos, para darme una mano. Y que personas por las que resigné cosas, me resignaron a mí, olvidándome al instante. Y cuando necesité ayuda, nada. Pero eso lo tengo claro desde muy chica, yo sola basto para impulsar mi canoa. Si bien, agradezco en apoyo de personas que me dieron un hombro donde llorar, aprendí desde pequeña a salir sola de mis etapas oscuras.
Aprendí mucho. Siempre de los momentos tristes aprendo. Y aún me queda muchísimo por aprender. Sin embargo, el aprender no implica que yo cambie. Porque continúo con el corazón puro, con la inocencia. Y se que aún me quedan muchas veces en las que me voy a romper la cabeza contra la pared. Pero para algo me sirve este aprender…Cada vez me convenzo más de que con la verdad puede que no consiga todo lo que quiero y lo que amo, pero no puedo renunciar a mi esencia, voy a seguir siendo igual.
Aprendí que muchos se mueven en un círculo de mentiras y engaños que no son necesarios y consiguen sus objetivos. Aprendí a sobrevivir a ellos, porque están en esta vida, aunque no sean parte de mis afectos, y aunque alguna vez los haya sentido parte de mi ser. Aprendí a convivir con ellos, pero sobre todo aprendí, que nunca nunca nunca, seré como ellos.

Domingo 06/11/11   18:31 hs  Celeste Violeta