
Sinceramente, los pocos príncipes (va, proyectos de príncipes) que pasaron por mi vida no dejaron mucho en mi porque no dieron nada.
Alguno fue muy infantil, muy pendejo en su carácter, no sabía lo que quería. Otro quizá un inseguro que pretendía que yo ocupe su soledad porque en la primera de cambio que no estuvo más solo, rápido se olvidó de todo. Y algún otro quería que yo ponga todo de mi pero él no ponía nada.
Mejor que me quedé sola. No estoy para rescatar de la soledad a nadie ni para lidiar con inseguridades adolescentes y tampoco para darle todo a alguien que nada entrega.
Yo espero por ese amor de verdad y no por el intento de amor que éstos me ofrecieron, alguna vez.
MARZO 2009
CELICIENTA
